No todas tenemos la vida que queremos. No siempre todas las princesas quieren la vida que tienen. En este caso, la princesa Floris era la sucesora de su padre, el rey Guzmán. Era una joven que aspiraba a reina, actualmente siendo la princesa de su reino. Pero ella no quería, odiaba tener que estar en el castillo, concretamente, en su habitación encerrada cuán sumisa todo el día sin hacer gran cosa, y admirar su 'fantastica y exclusiva' vida.
Día sí, y día también, salía por las tardes al bar que había en su pueblo, cerca de su castillo, a tomarse sus pinchos, a pasar un rato con sus amigos, los cuales no eran los típicos formales, sino amigos normales y corrientes que les gusta hacer una vida normal y corriente.
Esto a su padre, el rey Guzmán, no le gustaba, pensaba que esto daba muy mala imagen a su reinado. Era impensable, que su hija, la princesa y futura reina Floris, estuviera juntandose con el pueblo, como si nada. Por lo que, constantemente, etuvo mandando a varios de sus hombres a por ella, intentando evitar que esto siguiera sucediendo.
La intentaban llevar presa, la encerraban en su habitación, procuraban poner seguridad en su puerta para que no huyera. Pero ésta, incapaz de estar encerrada, cumpliendo unas órdenes que consideraba muy poco justas para su persona, seguía buscándose la vida para poder escapar de allí, y seguir teniendo una vida normal, como el resto de chicas.
Floris se iba por la ventana, escalando como podía por las piedras que formaban el muro. Por suerte, no estaba muy alto del suelo. Seguía reuniéndose con sus amigos y amigas en el bar, realizando planes por el pueblo.
Harta de esa situación de no poder realizar su vida de una manera normal y tranquila, sin que los hombres de su padre vinieran por ella, un día se plantó a su padre. Le expuso las razones por las que ella era una chica normal como el resto de chicas de su edad, por lo que tenía todo el derecho a salir como cualquier otra persona normal. Aunque sabía que era algo que a su padre le iba a enfadar mucho, le dijo lo siguiente, sabiendo que su padre la quería más que a su propia vida: 'Merezco hacer una vida normal, poder salir como una persona normal, y hacer mis planes con mis amigos, como cualquier persona normal. O me dejas salir del castillo, sin ningún tipo de represalias y vigilancia, o prometo irme de aquí y no volver a saber nada del reino. Me buscaré la vida como llevo haciendo desde que era pequeña, al igual que cuando salgo de aquí'. Floris se había criado en las calles de su pueblo, su madre había desaparecido, y su padre estaba tan centrado en el reino, que jamás le había prestado la atención que ella necesitaba.
Como el rey no quería quedarse sin sucesora, además siendo su hija, accedió a su proposición. La dejó tener su propia intimidad, su propia vida. Sabía que si no la dejaba tranquila, las consecuencias iban a ser mucho peores, y sabía que era capaz de hacer lo que fuera por conseguirlo. Siempre se salía con la suya, se trata de una persona perfectamente capaz de buscarse la vida y seguir adelante.
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