No todas tenemos la vida que queremos. No siempre todas las princesas quieren la vida que tienen. En este caso, la princesa Floris era la sucesora de su padre, el rey Guzmán. Era una joven que aspiraba a reina, actualmente siendo la princesa de su reino. Pero ella no quería, odiaba tener que estar en el castillo, concretamente, en su habitación encerrada cuán sumisa todo el día sin hacer gran cosa, y admirar su 'fantastica y exclusiva' vida. Día sí, y día también, salía por las tardes al bar que había en su pueblo, cerca de su castillo, a tomarse sus pinchos, a pasar un rato con sus amigos, los cuales no eran los típicos formales, sino amigos normales y corrientes que les gusta hacer una vida normal y corriente. Esto a su padre, el rey Guzmán, no le gustaba, pensaba que esto daba muy mala imagen a su reinado. Era impensable, que su hija, la princesa y futura reina Floris, estuviera juntandose con el pueblo, como si nada. Por lo que, constantemente, etuvo mandando a varios de